PAX AVGVSTI: La soñada Paz de Probo

ProbusRIC712

Descripción

Tipo: Antoniniano (o aureliano) de vellón

Ceca: Siscia

Fecha de emisión: 280 dC

Anverso: IMP C PROBVS PF AVG. Busto radiado con coraza a la derecha. Busto tipo F (RIC) y tipo B (Bastien)

Reverso: PAX AVGVSTI. La Paz en pie a la izquierda, sosteniendo rama de olivo y cetro transversal. En campo S. En exergo, XXI

Metrología: Diámetro 22,00 mm. Peso 4,15 g. Posición de cuños: 12 horas.

Catálogo: RIC 712. HO pag. 119 y variantes 380-381, Cohen 420

Notas:  Pertenece a la 7ª emisión de Siscia del año 280 y fue acuñado por la 2ª oficina del taller como marca la letra S en el campo derecho del reverso. Rareza: C.

Ejemplar comentado: Ejemplar procedente de la Subasta  246 de Aureo & Calicó (Barcelona, España), celebrada el 22/09/2012. Lote 194.

Comentarios

El reverso de esta moneda conmemora la PAX AVGVSTI, la Paz del Emperador o Paz Augusta, y nos muestra a esta diosa personificada en una mujer revestida con estola que porta en su mano derecha una rama de olivo y en su brazo izquierdo sostiene un largo cetro o, mas bien, una larga vara. Desde que Augusto venciera a los partos en el año 20 a.C., la propaganda imperial -sin duda dirigida por el propio emperador y Agripa- se encamina hacia la exaltación ideológica de la Victoria y su consecuencia la Paz como requisito previo para que se iniciara un verdadero Saeculum Aureum, una edad de oro llena de prosperidad y de todas las bondades en la cual se va a ver al emperador como al artífice de la victoria constante y sustento de una estructura universal perfecta. Los dioses de Roma también participan en esas victorias pues, según la mentalidad romana, un triunfo es siempre signo de que Roma goza del favor de los dioses, mientras que una derrota significa justo lo contrario. Las imágenes relativas a la prosperidad y a la abundancia asociada a la paz, que siguen a la victoria, surgieron en los más diversos monumentos entre los que destaca especialmente el Ara Pacis Augustae, el monumental altar que Augusto dedicó a la Paz entre los años 13 y 9 a.C.

Detengámonos un poco en este monumento. Se trata de una construcción de planta cuadrada, labrado en mármol de Luna, en cuyo centro estaba situado el verdadero altar. Tiene dos grandes vanos de entrada: el anterior que se alza sobre una escalinata para los oficiantes

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y el posterior, a nivel del suelo, para entrada de las víctimas, que vemos en la fotografía siguiente.

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La decoración escultórica del Ara Pacis es verdaderamente excepcional, quizás el conjunto más importante de todo el arte romano. Pero para nuestros propósitos, vamos a centrarnos únicamente en los dos relieves que se sitúan a los lados del vano trasero. En el relieve que vemos a la izquierda en la fotografía -el mejor conservado de todo el monumento- podemos observar como figura central a una divinidad maternal ataviada con vestimenta clásica y sentada sobre una roca. Sostiene a dos niños pequeños que parecen buscar sus pechos. Tiene frutas en su regazo y a ambos lados de la diosa levitan dos aurae o personificaciones de los vientos del mar o de la tierra [1] o del aire y del agua [2]. Detrás de ella crecen espigas, amapolas y otras plantas.

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Mucho se ha especulado sobre la identidad de esta divinidad, pues se asemeja a Venus por la vestimenta, a Ceres por el velo y la corona de espigas o a la diosa de la tierra Tellus al aparecer sentada en una roca en tal entorno; pero queda claro que a los ojos de los contemporáneos a esta divinidad se le atribuía la fecundidad, la prosperidad y el progreso. Y si nos fijamos en el relieve con el que hace pareja, y más si cabe en un altar dedicado a la Paz, su identidad parece desvelarse.

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Precisamente la figura que la acompaña en el otro lado del vano, aunque se ha conservado una parte muy pequeña, parece ser la diosa Roma, que debía aparecer entronizada sobre sus armas, tal y como se aprecia en el dibujo que trata de reconstruir lo perdido del relieve (fotografía superior). El mensaje para el romano que lo contemplara parece claro, ya que vería ambas imágenes simultáneamente. La prosperidad y todas las bendiciones de la paz se habrían conseguido por la virtus de las armas de Roma, por lo que la misteriosa diosa puede identificarse con la Pax Augustea. [3]

Esta idea, este mito del estado creado en la época de Augusto, continúa en sus sucesores y son numerosas las alusiones a la Pax Augusti en las monedas, pero en el siglo III esta antigua ideología debía haberse convertido ya en un nostálgico recuerdo de antiguos tiempos felices de los que hablaban los viejos escritos. Probo no renuncia a esta idea y los talleres de Lugdunum, Ticinum y Siscia nos presentan a la diosa Pax como comes del emperador, con cuyo favor se quiere conseguir la anhelada Pax Augusta.

La Historia Augusta nos cuenta que Probo soñaba con conseguir un período de paz duradera, en un imperio en el que el ejército ya no sería necesario, pues no habría fronteras que defender tras instaurarse, después de las sucesivas campañas victoriosas del emperador, una era en la que nos se fabricarían armas, los bueyes quedarían para el arado y el caballo para usos pacíficos [4] por lo que llego a decir “brevi milites necessarios non futuros”,  esto es, “en breve no necesitaremos soldados”. Esta fue, según el autor de la Historia Augusta, una de las causa de su asesinato por sus mismos soldados.

Consecuentemente con este ideal, el taller de Siscia en esta 7ª emisión del año 280 nos representa a Pax como una mujer vestida tradicionalmente, que porta una rama de olivo y un cetro largo o vara, representación que no es novedosa pues ya la encontramos en un denario del propio Augusto, aunque en posición sentada (RIC 220).

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[1] Zanker, Paul. Augusto y el poder de las imágenes. Alianza Forma. Madrid, 2008. Pag. 209. Aunque recomendamos vivamente la lectura de todo el capitulo para más información.

[2] García y Bellido, Antonio. Arte Romano. CSIC. Madrid, 2004. Pag. 209 y ss.

[3] Zanker, Paul. Op. cit. pag. 210.

[4] SHA. Vita Probi. 20.3  “his addidit dictum eis grave, si umquam eveniat, salutare rei publicae, brevi milites necessarios non futuros. 4 quid ille conceperat animo qui hoc dicebat? nonne omnes barbaras gentes subegerat  pedibus totumque  mundum fecerat iam Romanum? 5 “Brevi,” inquit, “milites necessarios non habebimus.” quid est aliud dicere: Romanus iam miles erit nullus? ubique regnabit, omnia possidebit secura res publica. 6 orbis terrarum non arma fabricabitur, non annonam praebebit, boves habebuntur aratro, equus nascetur ad pacem, nulla erunt bella, nulla captivitas, ubique pax, ubique Romanae leges, ubique iudices nostri.”