El culto al Sol en el taller de Cyzicus

Antoniniano de vellón acuñado en Cyzicus en el año 281 

Anverso:   IMP C M AVR PROBVS P F AVG. Busto radiado a la izquierda con manto imperial llevando cetro coronado por águila. Tipo Busto H, leyenda I RIC

Reverso:  SOLI INVICTO. Sol en cuádriga. CM debajo XXI stigma (numeración excepcional, 6ª oficina). Sin linea de exergo.

Metrología:    Peso 3,76 g.   Diámetro 20,50 mm.   Posición de Cuños:  6  horas

Catálogo: RIC 911

Notas: Pertenece  la 4ª emisión (año 281) de la 6 oficina de Cyzicus.

Ejemplar mostrado: Subasta 114 de Jesús Vico, SA (7/6/2007),  lote 3256.  Conserva el plateado original con oxidaciones.

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Como hemos dicho en una entrada anterior, el taller de Cyzicus parece que trabajó de manera intermitente durante el principado de Probo. Produjo únicamente dos emisiones seguidas de otras dos, pero separadas por tres años de inactividad. La primera emisión se acuñaría en el año 276, la segunda entre fin de 276 y el año 277; la tercera no se pondría en marcha hasta el año 280 y la cuarta y última en 281, y es a la que pertenece la moneda que comentamos. En esta segunda fase de emisiones, el taller funciona con siete oficinas marcadas con A, B, Γ, Δ, ε, ζ, Ζ  y las dos emisiones que la integran se caracterizan por llevar la marca del talle, MC o CM (Moneta Cyzici) en el reverso, bien en el campo, bien en el exergo. El número griego correspondiente a la 6ª oficina (stigma) aparece en este caso con la numeración excepcional 

El estilo de Cyzicus, como puede apreciarse al contemplar esta moneda, es muy cuidado. Los grabadores dieron muestra de gran talento. Los bustos militares y consulares, como el que luce el emperador en esta moneda, son de una gran finura y hermoso detalle, que se aprecia también en los cascos y en los escudos, como ya hemos tenido ocasión de comentar en la entrada citada.

El primer antecedente del culto al Sol Invicto en Roma data del año 158 dC. Se trata de una dedicatoria sobre un altar con la imagen del Sol Invicto. Sin embargo, los romanos conocieron el culto al Sol antes de esa época, así en las monedas de Adriano se representó al Sol en una cuadriga. Posteriormente, ya en época de Cómodo se celebraba su fiesta en Roma y  bajo los Severos su culto se propagó, como demuestran epígrafes datados en los años 201 y 217 dC (1) En la época de Caracalla se construyó un templo al Sol Invicto, por lo que existía ya un culto bien organizado en Roma antes del ascenso a la púrpura imperial de Heliogábalo. Sería este último emperador quien protagonizaría una verdadera reforma religiosa. Siendo sumo pontífice en el grandioso templo de Emesa, cuando subió al trono imperial se llevó la piedra cónica negra, símbolo del dios Sol, a Roma,  como atestiguan algunos raros denarios.

Este denario del año 219 dC muestra la piedra de Emesa, cubierta por un  águila y acompañada por cuatro estandartes religiosos, en carro tirado por cuatro caballos. Imagen cortesía de Classical Numismatic Group, LLC (CNG)

Antes de llegar a Roma, en una ceremonia celebrada en Nicomedia proclamó que el Sol Invicto Elagabal era el dios supremo oficial del Imperio y obligó a todos sus habitantes a reconocerlo como superior a Júpiter. Ordenó construirle un magnífico templo en el Palatino (el Elababalium) y que los senadores y altos cargos nombraran al dios Sol antes que a otros dioses, incluido Júpiter. El emperador se ocupaba personalmente de la organización del culto (y parece que de poco más) celebrando fastos escandalosos en los que se llegó a sacrificar a niños de las clases superiores. Su fasto oriental chocó con la mentalidad de los senadores y magistrados y cuando Heliogábalo fue asesinado, el culto al Sol Invictto fue borrado de Roma y la piedra negra devuelta a Siria.

 El culto al Sol no volvería a tener relevancia hasta la reforma religiosa de Aureliano, cuando medio siglo después de la muerte de Heliogábalo, se le restituyó como dios supremo del Imperio, siendo esta vez generalmente aceptado sin resistencia. Aureliano construyó un templo al Sol en el Campus Agrippae, aunque en su consagración siguió los ritos romanos. Organizó juegos cada cuatro años y estableció unos juegos que se celebraban el 25 de diciembre, el Dies Natalis Invicti. Aureliano estableció un colegio sacerdotal (pontifices Dei Solis), cuyos miembros procedían de la clase senatorial y de los caballeros; y además podían pertenecer a otros colegios, ya que el culto al solar era sincretista y absorbía a otros cultos. Aureliano era el sumo pontífice. Con Aureliano y sus sucesores, el culto al Sol Invicto se revela como  un culto sincrético que va a ayudar a la imagen de unidad del Imperio.

En las monedas de Probo encontramos al sol representado de distintas maneras. La más abundante, en cuadriga bien vista de frente, bien vista de forma lateral en marcha hacia la izquierda, como en el ejemplar de RIC 200 que comentamos en una entrada anterior. Pero también se le representa en algunos raros antoninianos de Ticinum en pie estante dentro de un templo. E incluso su busto radiado (RIC 597), o radiado y drapeado (RIC 829 y 138) en áureos aún más raros de Siscia, Serdica y Roma.

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(1) Cfr. Roldan, José Manuel y otros. Historia de Roma. Tomo II. El Imperio Romano. Catedra, Madrid, 1999. Pag. 440 y ss.